Tras lanzar un asalto militar masivo para desalojar a los manifestantes "camisas rojas", el ejército tailandés tomó el miércoles el control de la zona central de Bangkok. Ante la ofensiva militar, los líderes de los manifestantes opositores se vieron obligados a rendirse. Luego de ocupar el corazón del fortín de los camisas rojas, el gobierno impuso el toque de queda en la capital y otras provincias.